Es necesario reformular la nueva universidad del siglo XXI, para poder responder a las demandas ineludibles que hoy enfrenta.
La sociedad demanda educación de calidad, abierta al cambio, valorando e incorporando el conocimiento y la experiencia del entorno, generando y manteniendo espacios de debate en el seno de la institución.
Es indispensable que la universidad se concentre en una educación integral porque la formación cívico-moral es tan importante como la formación académica ya que involucra los hábitos de pensar y actuar, los cuales sirven como cimientos de nuestra sociedad.
Es un proceso de aprendizaje que permite aprehender los valores éticos fundamentales tales como el respeto, la justicia, la equidad y la ciudadanía, y la responsabilidad por uno mismo y por el prójimo.
· Proporcionar un ambiente que favorezca el desarrollo y la realización de todos sus integrantes y, a través de ellos, beneficiar a la sociedad entera.
· Estimular en el estudiantado la creación original y la imaginación como así también desarrollar un espíritu crítico.
· El compromiso con la verdad por el ejercicio del pensamiento.
· La transformación de la universidad en un medio dinámico modificador de la realidad.
· Beneficiar a la comunidad circundante y a toda la sociedad con sus aportes académicos e intelectuales sobre los problemas vigentes.
Tenemos grandes problemas en nuestra sociedad y la universidad no puede ni debe estar ajena a ellos, por ende, en el ambiente universitario debería incluirse un nuevo concepto: responsabilidad social universitaria.
La Responsabilidad Social Universitaria exige, desde una visión holística, articular las diversas partes de la institución en un proyecto de promoción social de principios éticos y de desarrollo social equitativo y sostenible, para la producción y transmisión de saberes responsables y la formación de profesionales ciudadanos igualmente responsables.
Enrique Muzi